Después de estos últimos tiempos sombríos, contemplar la obra de Suso Barrio supone una vaharada de alegría y optimismo en medio de tanta grisura. La viveza de los colores que acompañan a sus Mujeres de Park Avenue nos invita a un movimiento de retorno hacia la jovialidad e inocencia de la mirada infantil. Advertía el poeta cubano Gastón Baquero que el país de la infancia alberga una inagotable felicidad que no es otra cosa que darle la espalda al destino, dejar de preocuparse por las demandas insidiosas del futuro.