No se sabe bien cuáles son los orígenes del Castillo de Turégano. Del altozano donde se encuentra el castillo hay pocos datos como para saber con certeza que hubo en la antigüedad, si que se sabe que los primeros restos que se conservan datan del siglo XII.
Tampoco se puede asegurar cuál fue la primera construcción del entorno, si fue la muralla o cerca del perímetro exterior, que todavía conserva algún torreón, o si por el contrario, fue la iglesia de San Miguel, que actualmente se encuentra en el interior del castillo. Pero se puede confirmar que ambas construcciones tienen mucho que ver con la estancia del obispo de Segovia por estas tierras. Ya en 1123, la reina doña Urraca de Castilla dona el señorío de Turégano a Pedro de Agen, primer obispo de Segovia, lo cual fue ratificado cuatro años después por Alfonso VII, quedando en perpetuidad. Lo que no se sabe con seguridad e si es Pedro de Agen o alguno de sus sucesores inmediatos quien iniciara las obras.
La iglesia se construiría en la segunda mitad del siglo XII, presentando una planta basilical de tres ábsides y tres naves, toda ella abovedada en piedra, lo que le aporta una monumentalidad excepcional en el románico segoviano, a lo que hay que añadir la ubicación de la torre campanario en la zona del crucero.
Tal vez, según avanzaban las obras de la iglesia o justo una vez terminada, se comenzaron a añadir dependencias y espacios defensivos sobre ella, llegando señalar las investigaciones recientes al menos tres fases de encastillamiento anteriores a la que hoy en día vemos.
Este último encastillamiento se iniciaría en 1471 por encargo del obispo Juan Arias Dávila que residió en Turégano de manera más habitual al exiliarse de Segovia tras retomar el poder Enrique IV después de la Guerra Civil que asoló Castilla entre 1464 y 1468. Es en ese momento cuando se realiza la cerca interior, los tres grandes torreones sobre la cabecera del tempo y se inicia el encastillamiento de la iglesia, que finalizará ya en época del obispo Diego Rivera.
Entre sus paredes se han hospedado personajes tan ilustres como Fernando de Aragón, Fernando el Católico, quien permaneció aquí unos días, en 1474, antes de llegar a Segovia para encontrarse con su esposa, Isabel la Católica. El castillo también llegó a utilizarse como prisión de Estado y en él estuvieron encerrados algunas figuras históricas como Antonio Pérez, primer ministro de Felipe II, o el hijo del Duque de Osuna.
Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y está incluido en la Ruta de los Castillos de Castilla y León. Su conservación e historia le hacen ser de los más interesantes de España, pudiendo visitarse durante todo el año. En la actualidad, en su interior se siguen celebrando cultos cristianos, además de diversos eventos como conciertos de música clásica.
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Si ya has visitado el castillo de Turégano nos gustaría que nos dejaras tu impresión. Dinos del 1 al 5 que te ha parecido.
Daniel / Cornellà de Llob / 12-11-2023
Está muy bien que se restauren y conserven los antiguos castillos, es la muestra de nuestra historia.
Emiliano / Las Palmas / 29-08-2022
Es una lastima que no tenga la misma protección que los monumentos de la capital Segoviana.
Les deseo que lo puedan conservar para las próximas generaciones.